sábado, 22 de noviembre de 2014

MALBA: ANTONIO BERNI-JUANITO Y RAMONA

Puede verse hasta el 23-02-15 una interesante y  bastante completa muestra del pintor rosarino –consta de 150 obras-. La misma fue curada por Mari Carmen Ramírez y Marcelo Pacheco.

Juanito dormido, 1978.
A lo largo del recorrido visual aparecen los distintos motivos y momentos que  conforman su creación. Una particularidad de la obra de Berni es que  en ella, lo plástico se entronca, de algún modo con lo literario. El artista nos cuenta historias y nos describe épocas y ambientes. Y las historias están fundamentalmente encarnadas en dos personajes arquetípicos: Juanito Laguna y Ramona Montiel. Juanito es un niño, hijo de un obrero metalúrgico, que habita en   una villa del Bajo Flores. Y Ramona, una costurera que, agobiada por la pobreza, se deja tentar por el lujo y la vida mundana, y para acceder a  esas aparentes ventajas se transforma en prostituta. Los escenarios de Berni y la visión crítica que ellos suscitan  trasparentan, una toma de posición.
Ramona en la calle, 1964. 
El trabajo pictórico se enriquece con el formato collage, técnica que  propagaron los surrealistas, pero que él resignificó, generando, hacia los años 30,  lo que dio en llamar Nuevo Realismo. El material  de desecho, en principio, basto e indiferenciado, es sustituido luego por el remanente de la sociedad de consumo y las industrias trasnacionales. En los trabajos que dedica a Ramona -en los que se torna evidente la influencia de su estadía en París y todo el intercambio creativo que, sin duda, significó - el collage se enriquece. De la experimentación surgen creaciones complejas e innovadoras: el xilo-collage y el xilo-collage-relieve. En estas piezas, resultan tan atrayentes   los grabados como los tacos de los que han surgido. El material que utiliza en la representación del mundo   frívolo al que se ha integrado Ramona está compuesto  por texturas, encajes y  pasamanerías  que remedan los atavíos femeninos de la Belle Epoque.También es notable la figuración de personajes típicos de la esfera mundana en la que Ramona ha entrado: militares, embajadores, y otros especímenes vinculados al poder. Crea también una serie de Monstruos  (construcciones polimatéricas) que   materializan los  miedos y acechanzas provenientes del mundo interno de sus protagonistas. En ellos confluyen distintas influencias: elementos del arte popular,   de las festividades  de distintas regiones de Latinoamérica, y de las interpretaciones científicas del inconsciente.
Realmente, la muestra es muy rica, y el esfuerzo de elaboración que se advierte, sobre todo en las salas dedicadas a Ramona, es digno del mayor elogio.
En relación al mensaje explícito, me parece importante destacar  un aspecto: la visión de Berni es crítica de una circunstancia social, sin embargo  su cuestionamiento no implica desesperanza. Juanito, a pesar de estar rodeado de chatarra es un niño que juega y sueña. No es un ser alienado ni vencido. Sin duda, el artista vislumbra para él y los suyos una salida.  Claro que los   carenciados que pueblan sus cuadros y la circunstancia que los rodea, dentro y fuera del asentamiento, son anteriores al año 80 (Berni falleció en 1981).
El   contenido de su obra no condice con el escenario de la marginalidad actual ni la perspectiva ideológica que de él se infiere  apunta al mismo   objetivo con que hoy se sopesa y se manipula esa realidad. Baste como ejemplo diferenciador  el   amargo disparate aprobado en estos días por la Cámara Baja que tiene como  finalidad instaurar el Día Nacional de la Identidad Villera. ¿Es acaso un privilegio ser marginado? ¿Es un destino irremediable? ¿Es la  ofensiva, por su condición de inmodificable,  renuncia a la dignidad del trabajo, del conocimiento, de la inclusión, de la movilidad social? Quienes alguna vez trabajamos en barrios carenciados sabemos que la extrema pobreza acorta las miras, que la penuria embrutece, que la escasa alimentación disminuye la capacidad intelectual. Y, fundamentalmente, que       la indigencia expone a los  mayores peligros. Nadie que sea responsable y que respete a su  prójimo podría envanecerse de que exista tan ominosa situación. Los villeros no se merecen un Día, sino todos. Muchos días de comprensión y verdadero  compromiso político por sacarlos del pantano en que se encuentran. 
                                              

viernes, 21 de noviembre de 2014

FESTIVAL DE JAZZ DE BUENOS AIRES-2014



REVISTA HABLAR DE POESÍA


Ayer se presentó, en el Centro Cultural de la Cooperación, el  volumen  nº 30 de la revista Hablar de poesía. Publicación que lleva quince años difundiendo  la obra  de poetas y ensayistas, gracias a la entusiasta  dedicación de su director: Ricardo Herrera y al auspicio de Juan Maldonado y la Editorial Alción.
La revista también aparece en formato online.

En la oportunidad leyeron sus poemas: Arturo Carrera, Liliana Ponce, Bernardo Schiavetta, Diego Bentivegna, Cecilia Romana y Carlos Rey.

jueves, 4 de septiembre de 2014

RELATOS SALVAJES: compendio de pasiones "calientes"

Conocer las pasiones no sería otra cosa que analizar la razón misma a 'contrapelo', iluminándola con su misma presunta sombra.
                                                                                         Remo Bodei


Intrigada por la repercusión  de la película Relatos salvajes - en algunos cines se da en forma paralela en distintas salas ( una especie de supercontinuado) y hay  mucha gente entusiasmada, recomendándola-  me decidí a ir a verla.
Lo que predomina en todo el film, dividido en seis relatos, es la violencia. El director, Damián Szifrom ha resuelto con impecable habilidad cada uno de los relatos. El manejo de la cámara es  preciso y las imágenes resultan altamente impactantes. Cada historia tiene un  móvil bien definido y las consecuencias  alcanzan en todas, la desmesura.
Lo que se ve es tan real ( y hasta cotidiano) que abruma. En primer lugar porque el tema rector son las pasiones en su faceta más oscura, más  escabrosa. Y en segundo lugar porque los motivos  enfocan, con una  lente  despiadada,  el  carozo de nuestros propios vicios.   El ensañamiento colectivo  contra un individuo, las interpretaciones, a menudo anquilosadas,  provenientes de  la multitudinaria cofradía de psicólogos y psiquiatras, la corrupción, el abuso de poder, la envidia y su contratara: el desprecio y desvalorización, el desorden institucional cuya cara visible son  esos empleados a medias entre el robot y el cómplice,  el encubrimiento, la degradación del ámbito judicial, la justicia por mano propia, la banalidad aunada con la histeria,  la impudicia. Cualquiera dirá: es mucho junto.
Volviendo al principio me pregunto ¿cuál es la razón del aluvión de público y qué motivaciones provocan la identificación de ese público con lo que se les muestra? Indudablemente no es fácil asumir tan pesada carga. El realizador lo ha advertido. Y jugando con la exageración ha dejado lugar a la sonrisa. Claro que no es una sonrisa plácida, sino perturbadora. Es esa hilaridad que anida muchas veces en lo siniestro y que permite  el desplazamiento necesario para que tenga lugar la catarsis.
Un recurso que se reitera es el contraste. Uno de los relatos, quizás el más salvaje, se desarrolla en un camino de montaña de Salta. El paraje es bellísimo, pero lo que sucede en él es de una tal violencia que quiebra abruptamente el encanto paisajístico. La fiesta de boda lujosa y organizada al detalle acaba en un desbarajuste. Otro recurso frecuente  es la hipérbole. El avión que se estrella contra unos padres que alguien señala como culpables. El ingeniero experto en implosión que hace estallar su auto  signado por las contravenciones. Otro recurso: la ambigüedad significativa.   Las frases que resaltan en titulares de diarios o televisivos conducen,  debido a la superposición caótica de sentidos, al sinsentido.
El film logra el efecto arltiano de ser  un “cross a la mandíbula”. Cada espectador  encontrará en él lo que su entendimiento o sensibilidad  le permitan, pero todos se verán sacudidos  al  presentir  que  alguna cuota de responsabilidad nos concierne como sociedad, por acción o por omisión,    en la construcción de un  “modus  vivendi” asentado en el cinismo y la vileza. Si bien  las pasiones bajas son universales, el conjunto de situaciones apunta  sin lugar a dudas al escenario nacional. ¿Participamos todos los argentinos de tal desenfreno? No lo creo. Pero sí todos sabemos, en mayor o menor medida, que mucho de lo  que se refleja en la pantalla nos incluye aunque más no sea por soportarlo pasivamente.

Cada uno de los relatos dura aproximadamente entre veinte y veinticinco minutos,  y esto otorga a la totalidad un ritmo vertiginoso. Se sale del cine como de una coctelera. Claro que el trago resultante, a cualquier pacífico  degustador le resultará difícil de digerir.

domingo, 10 de agosto de 2014

MALBA: Le Parc-Lumière

Atravesar los cortinados y pasar a una zona oscura donde  ingeniosas   obras nos impactan con su luz y su dinámica fue como entrar en un mundo de fascinación. Pero el talento de este creador no se reduce al choque  perceptivo que provocan  las formas y la iluminación en movimiento,  por oposición con la penumbra. Así, como ante un acto de magia,  el público se ve tentado a  observar detenidamente el   truco que produce el efecto mágico, ante estas obras el espectador cobra un rol activo. Quiere saber cómo se origina esta  insólita composición hecha de resplandores y  artificios cinéticos. Al menos, a mí me ocurrió eso. Y al tratar de entender el funcionamiento se va entrando en los sorprendentes e  insinuantes caminos de la física. El artista ha generado un mecanismo que proyecta líneas, destellos, zonas opacas, contrastes, que cambian continuamente. Pero, esas proyecciones no fueron definidas en forma precisa  por el autor ni serán captadas del mismo modo por cada uno de los observadores. Allí radica lo más cautivante del proyecto. Él sólo ha inventado  aparatos que generan haces de rayos y  variables motrices, sin imponernos una única  forma de mirar. A cada instante la impresión será diferente. Para cada observador será distinta y también variará de acuerdo con la perspectiva desde la cual se contemple la instalación. Y esa maquinaria y sus efectos nos moviliza a tal punto que, por momentos, hasta sentimos una sensación de vértigo. El material empleado: placas de acrílico sostenidas por hilos muy delgados, bandas flexibles aceradas, paneles de tejidos traslúcidos y muy finos otorgan la ductilidad necesaria para que el movimiento sea sutil y plácido.

Una de las piezas, creo que se llama Célula penetrable (1963-2005), me impresionó de tal modo que entré dos veces en ella.  Deslizándome  a través de ese laberinto de espejos  sentí que perdía toda noción de realidad y me invadía cierta agitación emocional,  como si me estuviera internando en pasadizos fantásticos que parecían no tener salida.  Un recorrido  provocador.


La muestra, curada por Hans-Michael Herzog, Käthe Walser y Victoria Giraudo expone diecisiete instalaciones lumínicas de este artista nacido en Mendoza en 1928.
Julio Le Parc se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredon y en 1958 viajó a París con una beca del gobierno francés. Desde entonces reside en esa ciudad. Sus obras en principio se vincularon al arte abstracto, con influencia del Optical Art, forma pictórica que combinando líneas geométricas y contrastes cromáticos promueve ilusiones ópticas. En 1960 fundó el Groupe de Recherche d’Art Visuel (GRAV), se alejó de la pintura y  entró en contacto con el Arte cinético del cual estas esculturas móviles y lumínicas son un acabado ejemplo. En 1966 obtuvo el Primer Premio en la Bienal de Venecia. Y en 1982 el premio Konex.

La propuesta artística de Le Parc apunta a una estética  libre de sujeciones o imposiciones.  Si bien lo observable está condicionado por su inventiva, los  resultados perceptivos son bastante amplios. Lo luminoso y vibrante connota vida. La ondulación de los  follajes o del mar, el titilar de las estrellas,  la suave danza del viento. Todo lo  que en el cosmos alumbra y estremece. El Sol argentino que pende en el hall central del museo promete la entrada a   un espacio de emancipación sensible. 

viernes, 25 de julio de 2014

LA POSIBLE ACTUALIDAD DE BRECHT

Los días 11,12,13 y 14 de septiembre tendrá lugar el Encuentro Internacional sobre este tema. Quienes deseen obtener información sobre el programa y venta de entradas pueden dirigirse al  sitio:
www.actuarnosotros.com.ar

viernes, 27 de junio de 2014

TMGSM: El jardín de los cerezos

En estos días puede verse la representación de esta obra tardía de Antón Chejov  -fue escrita en 1904, el mismo año de su muerte-.
Destacable la puesta en escena de Helena Tritek.  Con un movimiento escénico que casi casi remeda la danza, logrado gracias  a la ágil alternancia de  episodios, las intervenciones musicales y al efecto fluyente que otorgan a la acción los velos con proyecciones. La escenografía a cargo de Eugenio Zanetti también  es digna de elogio. Con sutileza y poder de sugerencia se recrea el tono que el  autor ruso supo dar a sus obras. Muy destacables también algunas actuaciones. En especial la de Cristina Banegas.
Pero más allá de la destreza y habilidad interpretativa de los ejecutores de la representación, está el texto. Un texto que no proclama. Insinúa. El drama subyace a la fiesta, a la aparente algarabía. Chejov nos muestra, sin tintes crueles ni  enfáticos un  momento histórico complejo. El quiebre social que significa la pérdida de poder de la aristocracia terrateniente y el ascenso de la burguesía  es, sin duda, un tema arduo.
La negativa de Liuba a aceptar su circunstancia, y  esa  suerte de letargo que  parece envolver a la familia entera, y también a sus  “camaradas” de clase, muestra con trazos delicados pero implacables la incapacidad de reacción a que su propia fatuidad los ha llevado, y también el claroscuro que encierra el entramado social. Paradójicamente, esa pasividad trasciende  a los sectores más relegados. Firzi, el ama de llaves, que  en el momento de la partida quedará olvidada, refleja esa ambivalencia que a menudo atraviesa el  pensamiento de los sectores oprimidos: perteneciendo a la servidumbre  reverencian el poder de sus señores y se oponen ciegamente a la movilidad social. Estos dos ejemplos bastarían para oscurecer cualquier escena y, sin embargo, en las manos de Chejov la vida no se define por lo categórico sino por los contrastes y matices que envuelven los implícitos.
El jardín de los cerezos en el telón de boca y en el de fondo se alza como un símbolo. Sensualidad del florecimiento versus decadencia. Árboles impetuosos versus talado. Naturaleza pródiga y plena de “mágico” encanto para quienes desconocen el esfuerzo del trabajo versus  reparto de tierras para emprendimientos comerciales.
Una pieza que como otras de Chejov, incluidos sus cuentos, muestra sus dotes de  fino observador.

miércoles, 11 de junio de 2014

LA NOSEQUÉ JAZZ BAND EN EL PELLEGRINI


Ayer se presentó La Nosequé Jazz Band en el salón de actos del colegio Carlos Pellegrini. Se trata de un grupo orquestal integrado por alumnos, exalumnos y docentes del establecimiento, dirigidos por el profesor Gustavo Dinzelbacher.

Respecto de presentaciones anteriores pudo advertirse un notable crecimiento del conjunto, con sonoridades potentes y bien ensambladas. Meritorio trabajo en común que pone de relieve el valor de un emprendimiento que implica, más allá de los talentos personales, esfuerzo, tenacidad y fundamentalmente amor por la música.
                                                                                           
 Los temas que se escucharon integran el disco que han logrado editar: Canto Nocturno, que vio la luz gracias a la voluntad mancomunada de los jóvenes músicos y de su director, y también gracias al apoyo de las autoridades del colegio y al aporte de la Asociación cooperadora.
Un buen ejemplo de que la educación por el arte es posible, del mismo modo que la educación en todas sus otras facetas, pero para ello es necesario imponerse ciertos objetivos y  orientar la energía, la creatividad y las dotes individuales hacia una armónica confluencia.

martes, 6 de mayo de 2014

BEUYS Y LA GRAN PREGUNTA

Unos días atrás visité la muestra de Joseph Beuys en Proa.
Siempre he salido “acompañada” de las exposiciones que esta institución organiza. Acompañada de una especie de alegría: la de haber visto algo que, pudiendo gustarme o no tanto, me movilizó interiormente. En gran medida la buena preparación de las guías, su predisposición para despertar la inquietud de los espectadores, ese modo tan dinámico de  plantear interrogantes sobre las obras y de  interpelar al público, colaboraba para que me sintiera parte del hecho artístico que estaba contemplando.
Durante la última visita me ocurrió lo contrario: las preguntas no tenían demasiado eco, las explicaciones resultaban escasas y lo que veía durante el recorrido me resultó tan aburrido que hasta tuve que reprimir algún bostezo. Llegué a pensar que la misma guía no estaba demasiado convencida de lo que intentaba “iluminar”.
Entonces surgió la gran pregunta. Esa que se bifurca en incontables incógnitas. ¿Por qué esto es arte? ¿Qué sustancia sostiene estas imágenes repetitivas y autorreferenciales que a mí poco me dicen?¿En qué radica su carácter transformador? Si cualquier persona tiene la posibilidad de ser artista ¿por qué tantas personas creativas e ingeniosas que andan por el mundo no han tenido la posibilidad consagratoria de entrar en el circuito de promoción artística? Y más aún, si la postura del artista es crítica respecto del arte  como institución ¿por qué debe un  centro de difusión esforzarse en exponer objetos aislados que solo tienen una relación,  no muy conmovedora ni  trascendente, por otra parte,  con determinadas experiencias de la vida de un hombre?¿Cómo pasó Beuys de ser piloto nazy a ser un defensor de la democracia participativa y el referendum?¿En qué obra suya  puede advertirse ese notable cambio? ¿Cuál de sus obras permite, al menos entrever, su preocupación por la biología y el habitat natural?¿Subirse en una ambulancia para no pisar el territorio norteamericano (esto no se ve; se desprende de el relato de la guía) es una señal de rebeldía? ¿Si se desea cuestionar a un país no sería más lógico no acceder a las invitaciones del mismo?
Cuando llegué a mi casa empecé a buscar en Internet (no tenía otro medio a mi alcance) datos sobre la vida y obra de Beuys, su relación con el grupo Fluxus, con el pensamiento de Steiner, con el arte conceptual, pero lamentablemente todas las referencias me resultaron pobres. Nuevo enigma.
Si bien mi preparación en materia de artes visuales no es la de una especialista, ni mucho menos, tengo cierto entrenamiento en ver, soy ávida lectora, además de tener formación universitaria en Letras. He concurrido a muchas muestras de arte conceptual y casi siempre algo de todo lo que vi  despertó en mí cierta empatía. En este caso solo experimenté una sensación de tremendo vacío. Pero no el vacío existencial que puede estimular, por ejemplo, el arte absurdo o el expresionismo. Sino una especie de vacío intelectual. Y ese vacío se convirtió en esa inmensa pregunta que ha quedado sin respuesta. ¿Qué faltó? ¿Apoyatura teórica? ¿Información? ¿Datos más elocuentes sobre la trayectoria del artista en cuestión? Puede ser… Pero quien va a una exposición no va a un foro de expertos,   ni a una Academia. Va a ver obras. O sea: manifestaciones de la actividad humana que expresan, con una visión personal, una interpretación de lo real o lo imaginado. Lo feo puede, a menudo,  conmocionar más que lo agradable o aparentemente bello. Pero el hecho es que nos provoque. Si nos abruma con la indiferencia, difícilmente tenga el efecto de provocar.
Nada de lo que vi me interesó, ni me intrigó, ni me puso en posición de alerta. Necesitar del apoyo institucional para que una forma artística, que presume de ser anti-institucional, sea tal resulta una contradicción. Si todos podemos ser artistas, los espectadores de una muestra, dotados seguramente de predisposición y dotes creativas deberíamos poder descubrir en esa muestra, sin que se nos explique tan exhaustivamente,  el trayecto que une una toma de posición filosófica, ideológica, personal y afectiva con el objeto al cual nos enfrentamos los espectadores y que el Canon institucional  ha dado en llamar obra de arte.

Pocas veces he escrito una nota como esta. Pero, no pude con mi genio. No me gusta la impostura. El arte puede ser efímero. Sobre todo en los tiempos que corren, que ya no son los de Leonardo da Vinci, y que además están  caracterizados por la aceleración y la fugacidad. Pero, de algún modo, debe decirme que es arte. De lo contrario creeré que la taza de café que tengo sobre mi escritorio es un objeto artístico por el simple hecho de estar rodeada de libros, de cuadros, de músicas o de fotos que fueron plasmados por artistas.

jueves, 1 de mayo de 2014

1º de mayo: DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

En el Día Internacional del Trabajo, las palabras de dos maestros, de las Letras y de las Ciencias, que supieron ser  puntales del pensamiento y de  la acción:


Prefiero para mi patria la labor de cien hombres de mediano talento, pero honrados y tenaces, que la aparición de ese genio, de ese Napoleón que esperamos, y que llamaba Baroja con el nombre de Dictador, en el último o penúltimo número de Alma Española. Corre por todos los ánimos de los intelectuales nuestros de hoy un viento de personalismo corto de miras, estéril, que es lo más opuesto a nuestras necesidades. Un genio nos alcanzaría un momento, y muerto o roto, volveríamos (…) a esperar, enfermos, inquietos, imposibles, otros dos o tres siglos de nuevo genio que por reparto providencial y sin esfuerzo nuestro nos correspondiera.
 Fuente: Unamuno, Miguel de, Almas de jóvenes, Madrid, Ed. Espasa Calpe, 1953.

Déjame el consuelo de suponerte capaz del honroso heroísmo del trabajo, de pensar que, en espera del mañana reparador, tú sabrás palidecer ante el libro, la retorta y el microscopio; que no darás paz a la mano ni tregua al pensamiento hasta que la ciencia se enriquezca con nuevas verdades y la bandera patria se ilustre con nuevos blasones.
 Fuente: Ramón y Cajal, Santiago, Reglas y consejos sobre la investigación científica. Los tónicos de la voluntad, Madrid, Ed. Espasa Calpe, 1991.



Sin pan y sin trabajo, óleo de
Ernesto de la Cárcova (1867-1927).

domingo, 27 de abril de 2014

ATLAS DE LAS BELLAS ARTES. Rep en el MNBA

Buenos Aires siempre brinda sorpresas. Sí, porque esta vez puede verse en el emblemático museo la exposición de un humorista. Se trata de Atlas de las Bellas Artes de Miguel Repiso (Rep). Una colección de dibujos, curada por Andrea Giunta,  en donde se re-crea el arte pictórico desde la prehistoria hasta la actualidad.
La agudeza del dibujante nos permite formularnos muchas preguntas acerca de la trayectoria de una obra: ¿En qué radica su valor, en su contenido intrínseco o en el precio impuesto por los marchands? ¿Cuál es el propósito del artista?¿Qué papel le cabe al espectador? ¿Cómo se relaciona esa obra con otras, dentro de la Historia del Arte, y aun dentro de la Historia Universal? ¿Hay un mensaje en ella? ¿Cómo interactúan la ficción y la realidad? Estas y muchas otras preguntas deben haber asomado a la ventana de cada viñeta en los momentos en los  que Rep se propuso   el insólito desafío de acometer,  de un modo tan singular, las problemáticas pictóricas.
La denominación Atlas nos remite a una recopilación de mapas. Quizás las obras sean una representación cartográfica de distintos territorios fácticos y emocionales. Pero también remite a un ser mitológico: Atlas era un titán al que Zeus condenó a cargar con los pilares que sostenían  la Tierra separada del Cielo. Y la historia de la pintura, a veces de manera titánica, ha sostenido el quehacer y los desvelos de los hombres en este mundo.
La muestra no tiene un orden preciso. En ella alternan los más variados abordajes creativos  con los  distintos momentos, tan terrenales, que rodearon al pintor y al motivo de su pintura.
“Reír del artista. Reír de la anécdota. Reír de la técnica. Reír de las lecturas pretenciosas. Reír del contexto  en que fue hecha la obra maestra. Reír de la obra, reírse de uno mismo mirando la obra. Son reír.” Estas son las  premisas que se  propuso Rep, antes de los dibujos, según él mismo declara en suplemento de Página 12. Indudablemente, la colección de dibujos constituye una magnífica muestra  de que ha alcanzado sus propósitos.