Cihuateteotl (mujer muerta en el parto devenida en divinidad) |
La muestra, curada por el profesor David Morales Gómez expone trabajos pertenecientes al patrimonio de trece museos, dos Casas de Cultura, una zona arqueológica y al Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
La recorrida no solo nos permite apreciar piezas artísticas y vestigios culturales del México prehispánico sino que a través de ella podemos advertir que el arte trasciende los límites espacio –temporales y aun los desmoronamientos de las civilizaciones. A partir de la visión de lo expuesto surge el cotejo de los diferentes modos de hacer y de pensar de grupos sociales coexistentes en una época determinada y el viaje imaginario a través de la historia del arte y la cultura. Gracias a ese viaje sentí cómo lo remoto me atraía hacia lo actual y viceversa. No pude más que recordar ese estremecedor cuento de Carlos Fuentes titulado Chac Mool o el no menos conmovedor: La noche boca arriba de Julio Cortázar. También regresé a mis lecturas de estudiante de Letras. El pensamiento salvaje de Claude Lévy Strauss, del cual extraigo un breve fragmento, cerró el círculo de la comprensión: “Toda clasificación es superior al caos; y aun una clasificación al nivel de las propiedades sensibles es una etapa hacia un orden racional.
Lejos de ser, como a menudo se ha pretendido la obra de una “función fabuladora” que le vuelve la espalda a la realidad, los mitos y los ritos ofrecen como su valor principal el preservar hasta nuestra época, en forma residual, modos de observación y de reflexión que estuvieron (y siguen estando, sin duda) exactamente adaptados a descubrimientos de un cierto tipo: los que autorizaba la naturaleza, a partir de la organización y de la explotación reflexiva del mundo sensible en cuanto sensible. Esta ciencia de lo concreto tenía que estar, por esencia, limitada a otros resultados que los prometidos a las ciencias exactas naturales, pero que no fue menos científica, y sus resultados no fueron menos reales.”
Xipe Totec-nuestro señor el desollado. Simbolizaba el cambio de vegetación de la tierra. |
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