En las montañas de Francia Central hace cuarenta años, el azúcar era un producto raro.
A los niños le daban un terrón para Navidad.
A una niñita que conocí cuando ella era mi madre le gustaba mucho y la celaba mucho.
Hacía un agujero en el suelo y allí escondía su azúcar, y siempre olvidaba que la tierra es húmeda.
Luise Bourgeois
A orillas del Riachuelo una araña teje su tela. Teje a través del tiempo. Teje sueños con hilos de Eros y Thanatos. Una niña juega y una mujer espía a la niña que fue mientras jugaba.
La muestra pone en evidencia el valor catártico de la creación. La cultura engendra teorías para explicarse a sí misma. La de Bourgeois es una obra apegada y, a la vez, enfrentada a una teoría. Y el pasado regresa a través de ella como memoria de la oscuridad. Cada pieza, sin embargo, ilumina el trazo del miedo y dolor que subyace a lo visible.
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